domingo, 6 de mayo de 2012

5 Gotans y un adiós…



Una noche de kilombo, medio adobado caminaba
en lunfardo se agolpaban mis ideas más bacanes.
El primer gotán llegaba, galopaba por mi espalda
Respondiéndome  el porqué  no descansan mis zancadas.

Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias...

y aquí  esperando la esperanza  ya parezco cafirulo,
en un pórtico me oculto mientras enciendo un pucho
Fumando espero a lo que tanto quiero,
tras los cristales de tristes ventanales.
Y mientras fumo, mi vida yo consumo
porque mirando el humo me suelo adormecer...

Pero no puedo dormir, no puedo soñar
Porque siento que te acercas, que me acosas, que me llamas.
Es esta una noche de aquellas en que me pareces otra
En que me pareces triste, un poco oscura, un poco loca
Tu canción
tiene el frío del último encuentro.
Tu canción
se hace amarga en la sal del recuerdo.
Yo no sé
si tu voz es la flor de una pena,
sólo sé que al rumor de tus tangos
te siento más muerta,
más muerta que yo.

Pero, ¿qué es esta voz que de la muerte me llama?
Es la voz de un hermano que por mi vida clama
“donde estas penúltimo linyera, primer polizonte en el viaje a Venus
aquí, acróbata demente, sacáte tu melón y saludáme,
Que se hace tarde y el rugir del gorrión en tu motor
nos indica que ya es hora de salir y cumplir nuestra misión”

Morfamos y afanamos, y por demás nos embriagamos
pero la luna susurraba el despertar de una milonga
que las minas se reúnen y no tienen quien las quiera
que son puros pituquitos que no saben ni bailar.
¡Qué saben los pitucos, lamidos y shushetas!
¡Qué saben lo que es tango, qué saben de compás!
Aquí está la elegancia. ¡Qué pinta! ¡Qué silueta!
¡Qué porte! ¡Qué arrogancia! ¡Qué clase pa'bailar!
Así se corta el césped mientras dibujo el ocho,
para estas filigranas yo soy como un pintor.
Ahora una corrida, una vuelta, una sentada...
¡Así se baila el tango, un tango de mi flor!


Y así nos presentamos en aquel lugar dudoso
Donde todos te saludan como si fueras familia
Donde todas son tus primas, tus hermanas, tus amigas,
Pero más que una caricia siempre puedes obtener

Pero pronto lo bebido ya no fue lo suficiente
Y el cansancio de la noche me arrastro a la realidad
Que no estás, que no te tengo, que estoy solo triste y viejo
Que a pesar de los amigos, ya no hay nadie en quien confiar…

Y me puse mis pilchas, me amarre mi pañuelo
Me ajuste mi sombrero y levante la vista altivo
Mire a la patota y me despedí en silencio
Mientras canturreaba solo este mi último gotán…

Adiós, muchachos. Ya me voy y me resigno...
Contra el destino nadie da la talla...
Se terminaron para mí todas las farras,
mi cuerpo enfermo no resiste más...


Discepolo, Garzo, Manzi, Ferrer, Marvil, Vedani, Pérez…

martes, 27 de marzo de 2012

Fluir de la conciencia procrastinadora

Procrastinar (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) se ha vuelto para muchos una verdadera vocación, con una dedicación tan fuerte que se contradice con el propio sentido de la palabra, el dejar para mañana lo que puedo hacer hoy, o para más rato, te envío el mail mañana, llamame y coordinamos, tranquilo si hay tiempo se han vuelto muletillas comunes en el discurso de muchos, pero como en todo, hay algunos que llevan esta vocación un paso más allá como es el caso suscrito.
Año 2009 y nos encontramos frente a uno de las tantas evaluaciones de lectura de un ramo referido a la historia de Chile en una conocida universidad del país, el sujeto en cuestión tiene frente a él una hoja en blanco y su mente en iguales condiciones… no ahondaremos si es por culpa de algún trago espirituoso, hierba sacrosanta o cadera cadenciosa  pero la verdad es que no leyó el texto aludido y por lo tanto no tiene idea del cuestionamiento que le plantean, su capacidad de improvisación se ve puesta a prueba (nuevamente) pero antes de eso el debe ser fiel a su vocación, y en un reflejo casi Pavloviano frente a la presión, toma la hoja y el lápiz para escribir lo que leeremos a continuación, sabiendo que la pregunta que será evaluada puede responderse “en un rato más”.

Que escribir cuando quieres que parezca que escribes algo útil. Podría ser un cuento fantástico, y así argumentar que tu imaginación e dominó y te fue imposible definir un Quiñelob, o bien pudiese ser una poesía que verse del imaginario, que invoque la belleza de cada cosa, y así decir que la banalidad del Zoroastro te repulsa y no bajaras de tu nube por una simple prueba, o por último una canción inspirada en la poligamia, tal vez con ritmo de Bossa para que guste a los intelectuales y así alaben tu talento Boccara.
O simplemente podrías mentir, y escribir como si la noche anterior te hubieras tomado un Machiatto con el autor, y que éste te explico su obra prácticamente con manzanitas. O mejor citar a otro autor, alguno que te suene de aquellas conversaciones seudo-intelectuales en algún bar con música de Bjork de fondo…
…LEVI-STRAUSS, ¡sí!, Ese seudo dios de tu amigo antropólogo es perfecto, escríbelo su nombre y luego trata de recordar que dijo -hay algo más que unos jeans con su nombre- ya te vino una idea vaga, ¡perfecto!, englóbala en un concepto, escríbelo y finalmente ya tienes una flamante teoría que avale tus balbuceos inconducentes.
Y así, luego de una salida al baño, entregas un ensayo que siempre y cuando los astros se alineen, se te cruce un gato blanco y tu profe sufra una embolia… te dará una nota satisfactoria.