miércoles, 24 de agosto de 2011

Mujer de ayer y hoy "Mundo Laboral"

    "Hace un tiempo llego a mis manos la guía de la buena esposa, publicada en 1953. No pude no reírme y sorprenderme de lo mucho que hemos logrado las mujeres en 50 años. Luchamos por la igualdad de género constantemente y creo que cada vez estamos más cerca de lograrlo. Hasta hace pocos años nuestras abuelas e incluso madres vivían en una sociedad en la cual no tenían mayores derechos, donde la guía de la buena esposa les enseñaba en 11 simples pasos a hacer feliz a quien era el “dueño” de sus vidas, su marido. Y digo el “dueño” porque una vez que se casaban, solo podían dedicarse a su casa e hijos, por que si el marido no las mantenía era mal visto, ni hablar de las que no se casaban o se separaban. Pero ¿que tanto ha cambiado esto?, o acaso hemos cambiado un mal por otro. No he escuchado a pocas mujeres diciendo que estábamos mejor antes, porque ahora no logramos el equilibrio y vivimos estresadas por el trabajo, la universidad, los hijos, la pareja y larga lista de etcéteras. Y  que la igualdad de género es un disparate porque nunca seremos iguales. Por otro lado, se encuentra una considerable cantidad de mujeres, en las cuales me incluyo, que luchan cada día por crear un espacio en la sociedad, siendo activas en sus círculos sociales, en sus trabajos y un aporte para conseguir una sociedad mejor, en la cual reconozcamos nuestras diferencias pero que eso no nos prive de nuestros derechos."
(Sylvana Cárdenas, 2011)

   Es precisamente por ese sentimiento de retroceso que quiero presentarles esta entrada, sobre dos documentos que probablemente ya sean parte del olvido pero que no dejan de llamar la atención.


  Borradores del SERNAM 2011  Talleres “Enfrentándonos al mundo laboral” y “Plan de vida saludable” 


Reforzamiento de estereotipos y Manual de Carreño femenino

“Espejito espejito, debo disimular mi cintura o promoverla”

            Hace algún tiempo atrás muchas y muchos nos sorprendimos con ciertos documentos emitidos por el SERNAM (Servicio Nacional de la Mujer) entre los cuales nos encontramos con los talleres “Enfrentándonos al mundo laboral” y  “Plan de vida sana”, entre otros, los cuales fueron  objeto de numerosas críticas desde que se dieron a conocer en marzo del presente año y que a pesar de ser borradores calaron hondo en la susceptibilidad de muchas mujeres.  Al contrario de sus títulos, dichos textos no son más que un manual de Carreño para la mujer que quiere insertarse en el mundo laboral, que se enfocan en dar consejos que van desde no comer con la boca llena en almuerzos de trabajo, hasta controlar la vida sexual de la mujer. Dichos documentos hoy en día no son más que una burla para la mujer, además de que explícitamente promueven y refuerzan los estereotipos y con ello la desigualdad de género. Así como ayer, hoy nuevamente me pregunto qué tiene que ver el color que elija para pintarme los labios con mi desempeño laboral.  Y comparto lo que la actual ministra Carolina Schmidt  dice “Cuando leo esas cosas, pienso qué estará pensando la persona que hace esto”. La verdad es que nosotros nos preguntamos lo mismo: ¿En qué rol de la mujer está pensando el Gobierno cuando difunde este tipo de instructivos? Haciendo especial énfasis en la pregunta. Y a la vez me pregunto y en que están ellos cuando estas cosas se emiten.

             Aunque la subsecretaria del Sernam dijo que dicho texto había sido rechazado, no es primera vez que este Gobierno prepara instructivos sobre vestimenta y conducta. Lo podemos comprobar recordando cuando en agosto del año 2010  se provocó un gran escándalo por  el instructivo de la Intendencia de Coquimbo, que prohibía a las funcionarias usar faldas muy cortas y poleras con strapless. Curiosamente, fue la ministra del Sernam, Carolina Schmidt, la que en aquella oportunidad dijo: “Es una absoluta tontera que alguien le diga a la gente cómo se tiene que vestir”. Y luego de ser ampliamente criticado por la opinión pública dicho texto fue retirado para trabajar en uno nuevo. Y al poco tiempo más tarde nos sorprendemos con el instructivo emitido por el SERNATUR que dictaba normas de presentación que hacían alusión a detalles específicos sobre vestimenta, corte de pelo y maquillaje. También obligaba a los hombres a rasurarse permanentemente y determinaba que las mujeres no podrían usar aros colgantes. Al igual que el documento de la Intendencia de Coquimbo, el instructivo del Sernatur fue retirado. Nuevamente, la ministra del Sernam criticó el documento diciendo: “Cuando ya establecemos que el aro no puede colgar, que no se puede poner tres anillos, que el color de la uña (…) eso produce una agresión a la identidad personal”

            Curiosamente aunque ambos textos tanto el instructivo de Coquimbo como el instructivo del sernatur hayan sido retirados producto de la crítica de la opinión pública, no deja de llamar la atención que precisamente en menos de un año de dichos instructivos, aparezcan tres nuevos documentos de servicios públicos que insisten en imponer los mismos lineamientos en formas de vestir, y al igual que en los instructivos anteriores busque uniformar a sus funcionarias. Es por ello que aunque las declaraciones oficiales hayan señalado que  solo se trataban de borradores, se me hace importante señalar importantes puntos dentro de su composición, que no dejan de llamar la atención de aquellos que “perdimos nuestro tiempo” leyendo estos documentos y que hasta nos recordó lo que era el manual de la buena esposa de los años 50, pudiendo caracterizar este como el manual de la buena empleada. Aparentemente se trata de manuales que promueven la mejora en la calidad de vida de las mujeres. Pero el estilo en que fueron escritos y los contenidos que difunden, están lejos de cumplir fines educativos.



Guía de la buena empleada
11 reglas para mantener feliz a tu empleador
“se la secretaria que todo jefe sueña tener”







 “Para una vida sana” es el documento previo a “Enfrentándonos al mundo laboral” que según un plan de higiene y salud considera como conducta inapropiada la “vida sexual desordenada” sin aclarar el concepto lo que hace es instalar un prejuicio. Por el contrario se considerarían más saludables aquellos que llevan una vida sexual ordenada. Y ¿qué es llevar una vida sexual ordenada? ¿Acaso esto se refiere a estar casada, tener pareja única o ser heterosexual? Y ¿qué pasa si no tengo vida sexual activa?, ya al intentar aclarar o responder estas preguntas es caer en la misma ambigüedad y más que eso, falta de criterio de quienes crean estos documentos. Avanzando un poco la lectura nos encontramos con un plan de actividad física que nos propone, hacer actividad física, tener tiempo de descanso y realizar actividades de esparcimiento. Yo me pregunto en qué momento puede hacer todas esas cosas una mujer que trabaja desde las 8 de la mañana a las 8 de la noche y que además debe cumplir con su rol de madre, esposa u otro.

            En el mismo manual también nos encontramos con un ejemplo donde se expone el caso de Andrea, una madre y trabajadora que luego de un cambio de trabajo y de mucho cansancio y estrés comienza a maltratar a sus hijos ¿Acaso es una secuencia esperada ser mujer pobre, cansarse y maltratar a los hijos? Otro ejemplo habla de una mujer que en una entrevista de trabajo para auxiliar de párvulo come con la “boca abierta” e interrumpe a su potencial empleadora. Las recomendaciones sugieren que es adecuado hablar suave y no interrumpir. ¿Acaso las mujeres que hablan fuerte e interrumpen se verían inhabilitadas para el acceso al trabajo? Estas imágenes, lejos de ilustrar realidades, refuerzan patrones de conducta basadas en un profundo prejuicio social.

            Ahora enfocándonos en el 5º taller nos encontramos con el manual llamado “enfrentándonos al mundo laboral”  texto que entrega consejos sobre cuidados del aspecto personal con indicaciones de posturas como contraer el abdomen, como sonreír, como vestir, como maquillarse y como peinarse, pero que nunca menciona los derechos laborales de la mujer ni a las tareas de cuidado que recae sobre cada mujer. Y así es como sarcásticamente nos encontramos con actividades para el taller con frases como “Espejito, espejito, ¿debo disimular mi cintura o promoverla?”. (Ver documento completo). Es así como podemos ver que en este tipo de lecciones de Manual de Carreño, no está enfocado en las necesidades prácticas y estratégicas de las mujeres. Hoy en día son muchas las mujeres que ingresan a universidades y que aspiran a una capacitación por parte del estado, pero con la intención de recibir apoyo e información sobre lo que implica insertarse en el mundo laboral no sobre como vestirse o peinarse. Es por ello que las acciones del sernam debieran responder a estudios que evidencian cuales son las principales desigualdades a las cuales se enfrentará la mujer al ingresar al mundo laboral y a disminuir esas brechas de salarios y habilitaciones para los empleos. Es más, el sernam debiera responder a sus funciones, ya que  no fue creado para recomendar tips de belleza si no para buscar la igualdad social entre mujeres y hombres. 

En cambio nos encontramos con este tipo de consejos en estos instructivos:

 




Y si lo comparamos con la guia de la Buena Esposa  no es mucha la diferencia, juzgue usted. 



      Estos documentos no tan solo evidencian un retroceso en el tiempo, sino que además sus contenidos promueven y refuerzan estereotipos, y de paso son una práctica que dista de los estándares internacionales sobre la no discriminación de las mujeres. La Convención de Naciones Unidas sobre Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) es clara en este sentido: “los estados partes deberán modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”. El Estado de Chile desarrolló hasta el 2010 políticas públicas que promovieron la transversalización del enfoque de género en la gestión pública. Reconocidas por Naciones Unidas fueron las medidas diseñadas en el Programa de Mejoramiento de la Gestión en cuyo propósito se involucró a gran parte de la institucionalidad pública en sus compromisos y metas de gestión anual. Independiente de la evaluación que se pueda hacer de los grados de avance de estas políticas, es indiscutible que el norte para el que fueran creadas tenía cabal sentido. No así lo que apreciamos hoy en SERNAM.

            Para finalizar solo me gustaría plantear la pregunta que me he hecho desde el comienzo, si se supone que estos documentos eran los borradores, ¿en qué consistirán los documentos oficiales?, es por ello que solo nos queda seguir esperando estos eventuales documentos para ponerlos en juicio en la opinión pública y que la ministra se siga preguntando “¿En qué rol de la mujer está pensando el Gobierno cuando difunde este tipo de instructivos?”

Mariana Omans
Corporación Dedalo